Uno de los elementos que se está probando, unas grapas oscilobatientes, retienen 160 kg de residuos sólidos, mayoritariamente toallitas, con una sola noche de lluvia.

El ICRA y ABM, junto con Aigües de Manresa, están llevando a cabo un estudio titulado Análisis de alternativas en la gestión de descargas en sistemas de saneamiento con red unitaria (DSU), con el objetivo de ayudar a los municipios ya los operadores de redes de saneamiento a minimizar el vertido de residuos en el medio.

Para poder cumplir este objetivo, Manresa dispone de dos bancos de pruebas, por un lado uno que determinará la eficacia de dos tipos de retención de sólidos y por otro, uno que busca determinar qué sensores permitirán conseguir datos sobre la calidad y cantidad del agua aliviada en episodios de lluvia.

Uno de los elementos de retención que se está probando son unas grapas oscilobatientes. Instaladas a la salida del torrente de San Ignacio de Manresa, permiten retener los sólidos que lleva el agua que rebosa en momentos de lluvia, y evitar que lleguen al río Cardener. Estas grapas ocupan un espacio reducido y son reutilizables. Los sólidos quedan enganchados, ya través de un control de cámaras se determina el momento de la limpieza de las grapas.

La lluvia de la noche del lunes 20 al martes 21 de noviembre, arrastró 160 kg de residuos sólidos. Este sistema se evalúa junto con las redes de retención instaladas a principios de 2022 y que recogieron 380 kg de residuos, y como en esta ocasión, mayoritariamente toallitas.

Este estudio permitirá elaborar una guía que recomendará los sistemas de retención de sólidos óptimos en función del tipo de aliviadero que haya en el municipio.

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